las amigas que me quedan son las que entendieron cuando no podía, no quería, no tenía ánimo; las que no me reclamaron nada, las que no se pusieron a hablar de mí, las que no tienen actitudes raras y cuyo amor es 100% incondicional. No necesito más.
Las mujeres que saben trabajar y amarse de verdad no se impresionan con dinero ni promesas vacías. Se derriten por respeto, paz y amor real. Buscan un compañero de vida, no un cajero automático.
Nadie habla de lo doloroso y gratificante que es sanar sin llenar vacíos con nadie, sin hablar con nadie, acostumbrarse a la soledad y sentirte cómoda y tranquila en ella.
no me gustan las relaciones casuales, porque yo amo ser deseada, amada, respetada, los planes a futuro, que se desvivan por mi y el romanticismo al 100%.