El carácter de un hombre se define por la cantidad de verdad que puede tolerar, decía Nietzsche. Es igual para una novela, cuánta más verdad resiste, más se destruye. Toda novela es una empresa de demolición.

El diario de un escritor son las notas al pie de su neurosis al no poder escribir. Schopenhauer dice que la lengua en la que escribe un autor es su fisonomía. Escribir para una causa es la ruina de la lengua. Un diario literario es el electrocardiograma de una angustia de muerte.

Para ir a ver al único médico, un holandés anciano, crucé el bosque rojo de Prémery con cacerías y jabalíes. El doctor me prescribió ir a un hammam, idealmente a un monasterio para no hablar y desinflamar las cuerdas vocales. Al salir creí ver a Hans Castorp en la sala de espera.

Antes de escribir una novela, hay un largo camino que no es el de escribirla, pensarla, encontrar las imágenes, sino al revés. Las palabras para esa novela no existen porque eso que se quiere contar, es incontable. La novela empieza a fabricarse cuando se sabe que es imposible.

El arte es siempre moralmente superior a la moral de la vida. Algunos espectadores increpan a Érica Rivas por la obra, Matate, amor, diciéndole pro Hamás. Mi traductor iraquí de Degenerado desea la muerte de los judíos pero charlamos bien sobre los recuerdos judíos del personaje.

Esta época de militancias cómplices tiene mucho del sadismo de la zorra de Buchenwald, Ilse Koch que se divertía tirando perros a las mujeres embarazadas. Samira Sabzian, casada desde niña, convertida en máquina de parir hijos para su verdugo, fue ahorcada hoy en Teherán. Shhh.

Ya habían caído la sororidad, la empatía, el empoderamiento, el 'no amalgamar', la lucha contra el patriarcado, el 'no es no', la defensa de las minorías, el multiculturalismo y el 'vivir juntos'. Faltaba derrumbar la lucha contra el acoso. Harvard University acaba de hacerlo: It depends.

Jean C. Weill dice que hoy la gente se sorprende por el sadismo, el Mal, al revés, debemos asombrarnos cuando un hombre hace el Bien, gratuitamente. El cerebro con sus miles de millones de conexiones neuronales puede fabricar La Gioconda o las cámaras de gas con cianuro Zyklon B.

Si es honesto, un escritor no posee nada. Él sabe que no posee, ni sabe nada. Czeslaw Milosz

Como después del nazismo y el estalinismo, hay que actualizar el diccionario de esta época. Apartheid, racismo, feminismo, víctima, victimario, genocidio. El sentido está invertido, infiltrado, sobornado. Para ciertos crímenes incluso, hay términos que todavía no se inventaron.

Un escritor tiene que ser un sismógrafo, solo con el temblor de la tierra, solo con la catástrofe. El escritor anota lo que ve, no copia lo que dictan otros, no cede al miedo. Si nadie le cree, si los vivos lo refutan, siempre queda la esperanza de que le den razón los muertos.

Tres visionarios : Tocqueville entiende antes de tiempo que la democracia conduce a una mediocridad masiva. De Gaulle predice el rearme y la venganza alemana, veinte años antes.
Kertész vaticina la nueva forma que toma el antisemitismo y la pulsión suicida de Europa.

Ahora arrancan los intelectuales a escribir que los sensitivity readers falsifican y destruyen la lengua literaria. Que modificar o cancelar una obra con criterios actuales es un acto amoral, etc. Como los arrepentidos tardíos de Mao y sus 50 millones de muertos, muy tarde.

Farrokhzad, Modigliani, Courbet, Becker, Orwell, Hugo, Diderot, un autor es contemporáneo solo cuando no lo es. Cuando representa una época que sin embargo, lo rechaza. El autor que ajusta su escritura para el lector de 2023 está hablando la lengua del momento, pero no dice nada.

Cuanto más revolucionarias son las intenciones de un autor al escribir su novela, más burguesa resulta y viceversa. Una novela siempre es una alteridad que el autor no controla. Una novela nunca es lo que se quiso decir, pero tampoco lo dicho.

Escribo riéndome, se lee desde la tragedia. Escribo algo sombrío, en el teatro se oyen carcajadas. Escribo evitando el psicoanálisis, tus libros son lacanianos. Escribo en contra del engaño ideológico, tu personaje es feminista. La escritura está siempre un poco fuera de control.

Una novela es una visión. A veces es un campo de colza, a veces la curva de un camino angosto donde solo se ve una hilera de árboles, a veces la imagen panorámica desde una colina. Nunca se ve todo, siempre hay omisión, secretos, un ángulo muerto. Escribir es intentar ver.

Tuve acceso a los expedientes de lectura de novelas en grandes editoriales y fue como entrar a los archivos de la Stasi. La ideología de la intimidación aplicada a las novelas para mayor venta. Qué lindo era cuando las palabras de los novelistas eran cianuro y morfina, a la vez.

Philip Roth escribió: 'La lucha por escribir, terminó' soy libre de esa humillación. Sándor Márai llevó un diario hasta el suicidio. Stevie Wonder dejó de componer a los 40. Un artista debería tener la lucidez de saber cuándo parar, aún en vida, para no componer arte muerto.

¿Quién ocupa hoy el lugar de Thomas Bernhard en la cultura? ¿Quién toma la dirección contraria, la dirección opuesta, quién crea un estilo basado en la obsesión por el odio, el desprecio y el destierro? ¿Houellebecq en Francia? El poder lo ama demasiado para dejarlo odiar.