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Nada, 22:12 y sigo insistiéndole a mi mujer que debemos ponerle Iuri en vez de Marcos al niño.

Esto es lo mejor que han exportado los americanos, pero con una diferencia abismal sobre lo segundo. Id corriendo a comprar esta mierda. Qué locura más grande.

Qué necesario es Andreu Buenafuente. De pie en casa aplaudiendo. Qué barbaridad.

— Hoy ha comido el niño en la guardería conchitas. — Si fueran vestías del barsa habría comío Conchita Piqué. Pues no me ha pedío el divorcio.

Pero cuidado con escoñarse en el gimnasio, que tenemos rebajas fiscales pero no citas para el médico.

Los niños, como los pasodobles, en septiembre. Llegó Marcos. Y tanto él como la madre están de categoría.

Te vienes al centro de salud y la gente enfadada con los médicos que están de huelga en vez de enfadarse con el psicópata que tiene la sanidad en estas condiciones. Es que se explican taaaantas cosas.

Este señor es enormérrimo.

La suerte que yo tengo de hacerme (más) viejo al lado de esta persona increíble. 🥰

Pues tras el Nobel de la Paz a María Corina Machado y el Planeta a Juan del Val, solo falta el Grammy a Sergio Ramos.

🥰🥰

Cada vez son más los autores de los que me engancharon al carnaval que le tendré que poner a los niños y no podrán disfrutar en directo. Juan Carlos, Manolo Santander, Antonio Martín, Quiñones, ahora el Selu. Pero por otro lado, joder, qué afortunados hemos sido.

Esta mañana le dije a Martín “Como te portes mal no vemos el Cádiz esta tarde”. Ahora temo que la semana que viene me queme la casa.

Qué tremendo juegazo

Os presento el último artículo publicado, fruto de una contribución muy bonita y que esperemos sea la semilla de un i+d link.springer.com/article/10.100… #mindfulness #maternidad Loyola Investigación Universidad Loyola

Son calentitas y son, como si no llevara nada

Me da mucho coraje que los árbitros nos roben, como si el cadi no fuera capaz de perder por méritos propios.

Pues creo que va siendo hora de publicar una novela.

Resumen de la primera vez que llevamos a Martín a ver el Cádiz. Ha acabao el chiquillo dándome palmadita en la espalda diciendo “yatá, yatá, no pasa nada”