Hay órdenes de gobernantes civiles que no deben ser obedecidas.

Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti, haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti.

Si ignoras los planes de tus rivales, no puedes hacer alianzas precisas.

Nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra que mantuviese la campaña por mucho tiempo.

Cuando un ejercito pierde la fuerza del ímpetu, incluso el valiente se convierte en tímido.

Si los soldados empiezan a preocuparse, se volverán vacilantes y temerosos.

Un ejército no tiene formación constante, lo mismo que el agua no tiene forma constante.

Los expertos son capaces de vencer al enemigo creando una percepción favorable en ellos.

El espionaje es esencial para las operaciones militares, y los ejércitos dependen de él para llevar a cabo sus acciones.

Si no sales a combatir, tu fuerza estará siempre llena. Este es el arte de vaciar a los demás y de llenarte a ti mismo.

Cual serpiente, contraataca con cabeza y cola, cuando alguien le ataca por el medio.

La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad, una cuestión de ataque.

La guerra es el dominio de la vida o de la muerte, es forzoso manejarla bien.

La tarea de una operación militar es fingir acomodarse a las intenciones del enemigo.

Los buenos generales: se comprometen hasta la muerte, pero no se aferran a la esperanza de sobrevivir.

Si las leyes de la guerra no indican una victoria segura, es adecuado no entrar en batalla aunque el gobierno haya dada la orden de atacar.

La información no puede obtenerse de fantasmas ni espíritus.

Cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad.

Si quieres fingir desorden para convencer a tus adversarios y distraerlos, primero tienes que organizar el orden.

Emplea a tus soldados sólo en combatir, sin comunicarles tu estrategia.