Sin prisa. Sin pausa. Sin mundo. Con la lluvia de fondo. Con ternura. Contigo.

Deberías saber que tu hogar siguen siendo mis brazos.

Tú sonrisa vive en el eco suave de los momentos felices, lejos de cualquier sombra.

A veces un mensaje te puede alegrar el día. Y la vida.

No sé si nos lo merecemos o no, lo que sí sé, es el inmenso valor que tiene a veces, el que nos regalen un instante de dulzura cuando hasta el aire se viste de aspereza.

Así fuiste entre mis manos, tan cerca como el mar, tan lejos como el cielo; un instante que se quiebra en la arena, un suspiro que se pierde en su vuelo.

Sus ojos arden con el fuego de quien no acepta rendirse.

En su mundo nunca hizo frío.

Te beso los sueños.

En el susurro de su boca era donde yo quería respirar.

Mírame, que voy a llenarte los bolsillos de certezas.

Esa sonrisa que, casi sin darte cuenta, se dibuja en tu cara cuando ese pensamiento te envuelve, rozándote el alma y estremeciéndote el corazón.

Déjame contarte❤️

Ama en lo profundo, en lo inmenso, en lo eterno.

Lo admiro por lo que calla, por lo que es y nunca pronuncia, por lo que guarda y jamás revela; por la fuerza de su silencio y la profundidad de su reserva; por dar sin mirar, querer sin medir, respetar sin límites y cuidar sin fin; por vivir con pasión y amar sin fronteras.

Estado emocional: descalza, salvaje, cuidando las flores que alguien sembró antes de irse.

La vida, el empuje, la esencia, las ganas, tú.

El equilibrio infinito danzaba en su pecho, guiaba su mente y reventaba mis sentidos.

Merodeando por ese rincón de tu boca.

Todo se vuelve arte contigo.