me sentí sola, me aconsejé sola, comí sola, paso tiempo sola. Nadie vivió mi vida, ni lloró mis lágrimas, entonces nadie tiene derecho a juzgar mi forma de ser.
No quiero formar parte ni vincularme con personas que entienden el concepto de familia como un lugar donde se naturalizan las faltas de respeto, la falta de responsabilidad afectiva,los maltratos. Me niego.
a veces lo mejor que alguien puede hacer por nosotros es decepcionarnos. La decepción es lo único que nos quita las vendas de los ojos y, aunque muy difícilmente, también las del corazón