Se viene a la pantalla grande la historia de unos dirigentes que podían traer refuerzos de jerarquía, pero primero debían luchar contra sus ganas de no laburar.
Basada en hechos reales. Preparen los pañuelos porque es para llorar.
Por estas verdades y por la esencia natural del metalero pesado, es que nunca van a reconocer que Ricardo fue, es y será el Argentino definitivo de nuestra nación. Que los Premios Gardel sigan generando cabezas huecas. #Iorio