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Una vez al día lo mejor de este género. Cultiva, riega, poda y fumiga: @leninperezperez

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Cuando la escuchó reír, no necesitó nada más para saber que se había enamorado. Él, como el amor, era ciego. Luis Larrodera

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Como todo adicto al aplauso, el fantasma del Hombre bala, hubiera o no función, se paseaba bajo la carpa todas las noches. Lenin Pérez Pérez

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Dormido bajo las palmeras, pareces vulnerable pero libre, la piel se confunde con la arena, podrías ser parte del paisaje. Alberto Piernas Medina

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Miró a su valentía y le preguntó: —¿Te conozco de algún lado? Su valentía rió, y respondió: —Sí, antes fui tu miedo. María Isabel Campo

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La primera bala no le alcanzó. La segunda se incrustó en un libro bajo su abrigo. La tercera en su medallón. Lástima, no pudo librarse del infarto. Carlos Aymí

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Sintió una emoción sublime al terminar la lectura. Abrazó el libro. Se estaba dando un abrazo a sí misma. Juan Iriarte M.

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—Olvídame—susurró él, dándole la espalda. —Ya lo hice—respondió ella, sin titubear. Muchos años después, aquella mentira seguía doliendo. Aurelio B.T.

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Había días en los que explotaba y perdía la calma, y había días en los que enloquecía. Sólo había esos días. Chema Frías

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Sus brazos y piernas parecían pegados a las sábanas, su cuello olvidó cómo moverse.  Su corazón, ajeno a las dificultades de su cuerpo, seguía irradiando amor en sus últimas palabras. Cristóbal Cabrera Alarcón

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El payaso, acomodado por vez primera en el trono, exigió su corona. Pero un arlequín se acercó y le dijo: “Ya no hace falta. Ahora el palacio es un circo”. Carlos A.Sevilla

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Ya en el aire reconoció en las gradas a su amor adolescente, y una vez más fue por la luna el Hombre bala. Lenin Pérez Pérez

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Tenía una estatura inaudita. Era petiso, casi a la altura de un duende. Pidió el deseo de crecer y se convirtió en un monstruo. Emiliano Mezzabotta