Fuimos lo que pudimos, cuando pudimos, como pudimos. Y tal vez eso también es amor.

Que el miedo a desentonar nunca sean más grandes que las ganas de ser tú.

El amor se oculta o se delata, se goza o se sufre, se apaga o se muere, pero jamás se renuncia a el.

Las cosas son las que son, no lo que esperas.

Hay te quieros que son la dulce súplica de un quiéreme.

Si no sale como nos gustaría, se aprende y se continúa.

Vivir esos flashbacks que te dejan sonriendo.

Llevame de nuevo a ese lugar donde nos vio nacer.

Querer hacer el bien, sin saber qué esta bien para la otra persona, puede que sea hacer mal.

Querer en cantidad no es proporcional a la calidad.

Si elijo quedarme, es porque estoy dispuesta a todo, menos a perderte.

No me verás levantar muros ni construir trincheras. Prefiero vivir escuchando el silbido de las balas.

La canción que escuchábamos juntas nos echa de menos.

Hablarnos.. Escucharnos.. Mirarnos.. Tocarnos.. siempre como si acabáramos de conocernos.

La historia más bonita de mi vida no fue un amor correspondido. Fue una mirada, y aunque fue breve, me marcó. A veces un alma pasa por la tuya solo para recordarnos que todavía hay algo hermoso en ti, incluso cuando tu ya no lo veías. Y eso, para mí, valió la vida.

Sin duda, soy de las que escogería la ruta más larga de vuelta a casa solo para disfrutar unas cuantas canciones más.

Claro que puede. Está hecha de ratitos al sol y canciones bonitas a todo volumen.

Estoy hecha de momentos, de risas, de saltos al vacío, de fingir q no duele, de viajes a cualquier parte, de planes q no llegan, de arriesgarme siempre, de levantarme sin ganas, de caminar descalza, de amar con locura. Estoy hecha de todo eso que un día me hizo así de fuerte.

Con los ojos cerrados y el corazón abierto, te escogería una y mil veces.

A pesar de tantas decepciones y tanto terremoto emocional, pienso seguir creyendo en la magia y en el amor para toda la vida.