Me hablaron de Dios desde niña, pero realmente lo conocí en mis procesos, en mi ansiedad, en mi soledad, en los momentos donde sentía que no podía más, ahí estaba Él.
corté muchísimos vínculos cuando me di cuenta que si yo no hablaba, no me hablaban, si yo no decía de juntarnos, no nos juntábamos, si yo no preguntaba como estaban, no me lo preguntaban; duele darse cuenta, pero también es sanador ya no rogar amistad o atención