Darla y Morris son inseparables. Dos almas que en medio del dolor sobrevivieron y que aprendieron a caminar siempre juntitos, en las buenas y en las malas. Pasaron hambre, miedo y soledad… pero nunca se soltaron.
Ayer su historia empezó a brillar, porque juntos están viviendo
- Estábamos en la plaza, cómodamente disfrutando un sandwich, cuando recibimos una inesperada visita... Y no nos quedó más remedio que compartir nuestros alimentos. No imaginan lo que nos costó...