Por segunda vez encuentro a Borges explicando que Lönnrot no era tan tonto y va al muere muy consciente (es decir que se suicida). Lo hace en una entrevista con Reina Roffé y en sus conversaciones con Antonio Carrizo:

Me estoy riendo solo por lo bolacero que es: no solo reescribía sus poemas, a sus cuentos los vivía reescribiendo también (piensen que esa entrevista es de 1982).

Un ejemplo muy famoso: este es el final de 'Tema del traidor y del héroe' que salió publicado en la revista Sur Nº 112 (1944) y este el que agrega más tarde (del que incluso poseemos el manuscrito gracias al trabajo de la gente maravillosa que tenemos en la Biblioteca Nacional):

Les comparto esto que acabo de descubrir y me explota la cabeza: fíjense cómo reescribe esta anécdota que es muy semejante a 'Hombre de la esquina rosada'. La primera imagen es Piglia contando lo que Borges le narró y la segunda es Borges contando la historia en una entrevista: