Gracias, Malachai. De corazón.

Me agrada pensarlo. Tú también lo eres.

¿Por algún motivo en concreto?

Buenas noches. Cuando el trabajo me de un poco de respiro me pasaré a verte.

Siento la ausencia. Ya estamos de vuelta. –Se ha rapado para volver renovado.–

Dedicar tiempo al trabajo está bien para desconectar, pero... Quizá es hora de retomar mi vida social.

¡Malachai! ¿Qué tal va todo?

Desconectar me ha ido muy bien, la verdad. Pero creo que es el momento de volver a relacionarme, ¿no te parece?

Espero que no te hayas tenido que ausentar por nada grave y que todo haya quedado ya resuelto.

¡Morrigan! –Se acerca a abrazarla.– Te he echado de menos, cazadora.

Bastante mejor. Vengo renovado. ¿Por la Hermandad todo bien?

¿De dónde sacas la motivación para seguir adelante tus días, Malachai?

Deben ser sucesos increíbles que estaría encantado de escuchar si te apetece compartirlos. ¿Podría escucharte con el violín? Cuentas con mi amistad, supongo que lo sabes.

Por supuesto. ¿Ya te han ascendido a jefa de todo el tinglado? –Le guiña un ojo.–

¿Llevas mucho tiempo practicando?

Se hace lo que se puede, amigo.

¿Puedes rechazar un ascenso si te lo ofrecen? Sin salir perjudicada.

Mejor. No está mal descubrir cosas nuevas de ti d evez en cuando, capitana Morrigan.