Mi hombre. Mi dragón.

Eres mi hombre y mi dragón, al fin y al cabo.

Y tu eres mi reina, mi cervatilla y mi mujer. Y no menos importante, estoy a tus pies.

—La princesa alzó una ceja, divertida, al escuchar a su amado.— "Teta", y otras cosas... —Si quería jugar a eso, jugarían. Tras decir aquello, lo atrajo hacia ella y lo besó, abrazándolo con posesividad.—

—Tanto el beso como las caricias se fueron suavizando con el pasar de los minutos, dejando paso a la ternura y al profundo amor que Cassana Baratheon sentía por su precioso príncipe dragón.— Te quiero... —Susurró con amor contra sus labios.—

—La princesa esbozó una sonrisa sin separar sus labios de los de su amante. Aprovechó además para dejarle cariñosas caricias en la espalda y el cuello.— ¿Quieres que hagamos competición de ver quien ama más a quien? Porque te aseguro que te gano, querido dragoncito...