Este tío acaba de rechazar irse al Aston Villa, cobrando una pasta, jugando en un equipo Champions y en un proyecto que nos da 1000 vueltas.
Todo por sentirse cómodo y querido en Sevilla.
No normalicemos esto, se merece ser capitán. Loïc Badé
Blanquirrojea en el sur la pasión definitiva. Y por más que otros se empeñen en volcar ortografía y escriban siempre con “B” lo que es con V inequívoca, esta ciudad, esta mujer, esta gloria fugitiva solamente tiene un nombre con siete letras; S E V I L L A.