Muy agradecidos los venezolanos con las autoridades chilenas, no estaba autorizada su manifestación de ayer pero chuparon, bailaron y comieron sin gases, chorros de agua ni apaleo, privilegio que manifestaciones no autorizadas de estudiantes y trabajadores chilenos no han tenido.

Para botar a los corruptos hay que dejar de votarlos.

La cuestión del “mérito” ha sido históricamente una pieza ideológica gravitante en la retórica de derecha, pese a que la cuna los define y el resto de sus vidas son una secuencia infinita de pituto tras pituto. Las reglas son para otros, nunca para ellos.

Que los detalles sabrosones del "Caso Cubillos" no nos desvíen de lo central: la función económica, política e ideológica de la USS para la derecha a la que han financiado y desde la cual se atrincheraron contra el primer proceso constitucional. Y con platas del Estado.

El lumpen que está hundiendo el país viste caro y come caro porque cobra caro en este prostíbulo político y judicial en que todo y todos tienen precio. Hermosilla y Guerra son apenas un pequeño ejemplo.

Por la vida, por la resistencia, contra el genocidio, basta de tibieza, romper relaciones con el Estado infanticida de Israel es una urgencia ética y humanitaria.

La política, la justicia y los intereses empresariales hoy en Chile se han transformado en una industria de corrupción, así las cosas, hay gustitos indecentes que nadie puede darse, como rechazar una reforma constitucional que inhabilita corruptos por ejemplo.

El ascenso de la lucha popular, con su variable militar, llevó a EEUU a quitarle su apoyo a Pinochet. Para los intereses de ese país era mejor una salida pactada que un proceso revolucionario. Graciosos se ven quienes dicen que bastó con un lápiz para terminar con la dictadura.

Si los sectores políticos, incluyendo al gobierno, que fueron tan diligentes para rescatar las isapres, pusieran el mismo celo y entusiasmo frente a la debacle del sistema público de salud, muy probablemente nuestro pueblo sería atendido con dignidad en hospitales y consultorios.

Ya casi es seguro que Luis Escanilla, el candidato socialista a la alcaldía de Puente Alto, hará de Cura de Catapilco en esta historia. Si de verdad quieren sacar a la derecha que lleva mas de dos décadas en el poder, Escanilla debiera renunciar y apoyar a Matías Toledo.

Mientras no haya un proyecto político de vocación clasista, popular, que se sostenga en un pueblo organizado y consciente, el mercado seguirá gobernando sin contrapeso, moldeando la sociedad según su apetito comercial. El tema de la vivienda es solo otro ejemplo.

Hay que apoyar esta iniciativa de la senadora Campillai. Es una burla que parlamentarios desaforados sigan cobrando millonarias dietas estando separados de sus funciones. Fabiola Campillai Senadora

El heredero político de Piñera, encargado de su "legado" y su representante en materias internacionales, está demostrando que siente los golpes y que toda esta parafernalia de querellas y renuncias son apenas unos pobres manotazos que sabe no tienen destino. Lo disfrutamos.

Esa cantera inagotable de material que es la derecha, hasta sería gracioso si no fuese porque son el brazo político de los dueños de todo.

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