madurar es aceptar que yo también fui la mala en algunas historias. Que también hice daño incluso tomando decisiones que creí correctas porque no sabía ni tenía la sabiduría que tengo hoy. Y sigo aprendiendo
entender no significa tolerar. Yo puedo comprender tu comportamiento por tu historia de vida, pero no voy a tolerar ciertas acciones tuyas, porque mi empatía no implica renunciar a mis límites.