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Mobulas en la zona sur de la maravillosa Isla Tiburón, Sonora🌵❤️

In the Mood for Love Wong Kar-wai 2000

Pasolini ante la tumba de Gramsci

Palabras bellas: Tesitura

Los tabiques de barro en la ciudad conforman pequeños ecosistemas donde la humedad se conserva gracias a los diminutos poros del material. 🌿

Lo que inquieta es lo que no se deja domesticar. Lo otro que no responde como esperábamos. Lo que no se deja convertir en reflejo del yo. Esa dificultad de soportar la alteridad real, no aquella que podemos controlar, comprender o asimilar, sino la que no se pliega a nuestras

Silvia Bleichmar plantea que “un sujeto ético es aquel capaz de identificarse con el sufrimiento del otro.” Esa identificación no implica apropiarse del dolor ajeno, sino dejarse afectar, reconocer la existencia del otro como alguien digno de cuidado, de palabra, de mirada. La

Te compré flores. Las dejé en la mesa. Tenían un poco de sol y algo de mí.

Creer que entiendo lo que al otro le pasa es, muchas veces, una proyección que anula la alteridad. Incluso puede volverse una forma de apropiación del dolor ajeno o un narcisismo disfrazado de sensibilidad.

Los pacientes llegan al consultorio con una demanda, una queja, una injusticia o un dolor. Lo que los trae no siempre es lo que los sostiene. A veces, en el camino, aparece otra pregunta.

En Ser y tiempo, Heidegger dice que en la angustia el mundo “se esfuma”. Angustiarnos es quedar suspendidos ante “la nada”. Y en ese vacío se revela algo esencial: que somos seres arrojados al mundo, sin garantías.

Barthes, en Diario de duelo, unos meses después de la muerte de su madre, escribió: “Pero su muerte me ha cambiado: ya no deseo lo que deseaba. Hay que esperar -suponiendo que esto se produzca- que un nuevo deseo se forme, un deseo después de su muerte.” El duelo no solo es

Acompañar no es apropiarse del dolor ajeno, sino permitir que ese dolor encuentre palabras propias para decirse.

“¿Qué me pasa a mí con esto?” Es psicoanálisis. No buscar causas afuera, sino abrir la pregunta hacia adentro.

La posibilidad de decir “no quiero” Una ruptura con el mandato.

Les comparto esta rareza que me encontré en el rancho.

El corazón apretado, estrujado, impotente. Una tristeza que no puedo tomar del todo, pero que está. Me duele el mundo: lo que pasa en la comunidad latina en EE.UU., el genocidio sucediendo en Gaza. El horror. El hambre. Las infancias marcadas para siempre. Sentir culpa por estar