Sé que puedes hacerlo, pero tal vez no sea el momento. Te avisaré cuando tenga tu sustituto, es todo, Mari.

Y esta pequeña de donde salió?

¡¿Qué?! Pero yo no tengo nietas, solo a Jotaro. —Aunque la niña le parecía conocida de algún lado—

—Iba a responder a su hija, cuando recibió una llamada, al ver de lo que se trataba, no podía rechazarla.— Hablaremos de esto después. —Se dió la vuelta para contestar—

MAAAAARI. —El anciano caminaba por la residencia Ohara en busca de su hija— MAAAAARI

MARI NO EMCUENTRO MIS GAFAS Y NO VEO NADA ¿NO LAS HAS VISTO? —Las tenía colgadas del bolsillo de su abrigo—

—Ahora lo entiende cuando descubrió que hacía con su hija en el despacho de la directora—

¡Pequeña Hikari! —El anciano sonrió al escuchar a su nieta, y con un brazo la alzó para que quedara a su altura— ¿Has visto mis gafas? No las encuentro y tu Mommy discute con tus mamás de cosas que ellas hacían cuando eran jóvenes.

—Si le consuela decir eso—

¿En mi bolsillo dices? —Muy lento, tuvo que tomar las gafas de las manos de su nieta— Muchas gracias, Hikari-chan, eres muy amable con este viejo ¿Dónde están tus hermanas?

Hola, Karen ¿Por qué vienes a abrazar a tu abuelo? —Entonces escuchó lo último que dijo la pequeña y rió un poco al entender lo que pasaba.— Supongo que se estarán divirtiendo ¿No es así, Kanan?

—Mejor llevarse a las otras niñas lejos de ahí— Hikari-chan, Karen-chan, compré una de esas cosas de videojuegos, pero no sé cómo funciona ¿Ayudarían a este anciano?

*Ser abuelo es lo máximo*

—HOLY SHIT. La loca. Es tiempo de huir a Morioh—

OH NO!

—Aí celebró su cumpleaños 100 en El hotel Mari Ohara—

NANI? STANDO!

DIO