Mi silencio es mi punto límite. Soy de esas personas que se queja, llora, pide disculpas, hago de todo hasta que se solucionan las cosas, pero si llego al punto de quedarme en silencio es señal de que llegue al límite
detrás de un “yo sí puedo” hay noches sin dormir, lágrimas de impotencia, dolores de cabeza, mala alimentación. Pero más que eso, hay un corazón lleno de ilusiones y metas por cumplir.