Tome todo el fin de semana Pepsi como si no hubiese un mañana. Nuestro punto de encuentro era una lata de Pepsi gigante. Y ahora quedó mi cerebro embobado con la Pepsi (osea estoy al borde de la adicción).
El finde viajo con amigas y la manija es tan grande q no puedo trabajar estudiar ni hacer absoltutamente nada sin pensar q me quiero ir a la mierdaaaa.
Lo mucho que odio admitir que me siento notablemente bien después de entrenar lamentablemente es un bienestar que no me lo da estar tirada en el sillón dios qué bronca
Adoro las amistades que no exigen constancia. Cada quien vive su vida, y pueden pasar semanas o meses sin hablar ni verse... pero la lealtad sigue intacta. Cuando se reencuentran, todo es como siempre: Bonito, natural, auténtico.