Ya se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que les embellece es invisible.

Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.

A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo.

¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.

Es tan misterioso el país de las lágrimas…

La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa…

¡No supe adivinar la ternura que ocultaban sus pobres astucias! ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo era demasiado joven para saber amarla».

El principito, a pesar de la buena voluntad de su amor, había llegado a dudar de ella. Había tomado en serio palabras sin importancia y se sentía desgraciado.

El principito adivinó exactamente que ella no era muy modesta ciertamente, pero ¡era tan conmovedora!

«Mi flor está allí, en alguna parte». ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran!

Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie.

Si se trata de una ramita de rábano o de rosal, se la puede dejar que crezca como quiera. Pero si se trata de una mala hierba, es preciso arrancarla inmediatamente en cuanto uno ha sabido reconocerla.

En el planeta del principito había, como en todos los planetas, hierbas buenas y hierbas malas.

De buenas semillas salían buenas hierbas y de las semillas malas, hierbas malas.

«el planeta de donde venía el principito era el asteroide B 612»

Nunca se les ocurre preguntar: «¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?»

Cuando me he encontrado con alguien que parecía lúcido, he ensayado la experiencia de mostrar mi dibujo número 1 que he conservado siempre. Quería saber si era verdaderamente un ser comprensivo pero siempre contestaban: "Es un sombrero".

Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido

Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer.

Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…