Jn 6,41-52 (“Yo soy el pan vivo bajado del cielo… para la vida del mundo”). El camino de la vida sólo se puede afrontar con el alimento del “pan de vida” que es Jesús.

“CON LA VIRGEN DEL PILAR”… No caminamos solos. Somos la Iglesia, familia de Jesús. Él camina con nosotros y da sentido y aliento a nuestra vida. Su “palabra” y su “Eucaristía” son Él mismo como “pan de vida”.

La Palabra de Dios sólo es dulce cuando se recibe en un corazón de niño confiado: sentirse necesitado, saberse amado, agradecer este amor. La lógica de Dios es distinta de la nuestra. El gozo brota en el corazón cuando la vida se realiza en la donación gozosa del día a día.

Sólo las obras que están tocadas por la “cruz” son fecundas. La cruz significa una vida donada por amor, sin buscarse a sí mismo. Vivir juntos como hermanos, formando una familia donde Cristo está presente, supone ser una gotita de aceite, disponible a lo que necesitan los demás.

Dios ha querido establecer un “pacto de amor”, que él mismo compara al amor matrimonial. Todo ser humano está llamado a entrar en esta intimidad de Dios. Gracias al sacrificio redentor de Cristo, es posible vivir esta realidad familiar con Dios.

Prov 9,1-6 (“La sabiduría ha aderezado su mesa… Venid y comed de mi pan”); Ef 5,15-20 (“Llenaos del Espíritu Santo… dando gracias continuamente a Dios Padre”) ; Jn 6,51-58 (“Yo soy el pan vivo para la vida del mundo”)

Valle de los Caídos/ Si no participáramos en la vida de Cristo, el cristiano sería un absurdo. Hay que recibir a Cristo para que nos engendre, como lo afirma el apóstol S. Juan: “Cuantos lo recibieron, les da poder para ser hijos de Dios" (San Ponciano, Sermón sobre el bautismo).

Hoy lunes, Dios nos comunica sus dones como prenda de un don mayor: se nos quiere dar Él mismo. La Providencia es desconcertante sin esta perspectiva. Las flores se marchitan, los dones pasan, pero el amor que Dios puso en nosotros no pasa.

Las palabras que usa el Señor hoy miércoles, son de gran afectividad; como hablando de algo muy íntimamente “suyo”: “Mi viña”, “mis ovejas”, “mi rebaño”, “mis hermanos”, “mi iglesia (familia)”, “los que tú me has dado” … Por esto, es él mismo quien cuida de “los suyos”.

Los santos han sabido entrar en el corazón de la Escritura, desde el corazón de María. Su secreto consiste en creer en el amor que Dios nos tiene. Entonces, hasta las hojitas secas nos hablan de una historia de amor eterno, que reclama y hace posible nuestra respuesta a Dios.

Amor es darse gratuitamente, y también especialmente, en los pequeños servicios, porque nada es pequeño si se hace con ese amor verdadero. Cuando leas las Escrituras, “aprende a escuchar el corazón de Dios en las palabras de Dios” (S. León Magno, Ep.40)

Juan precedió a Jesús en la muerte “martirial”. Jesús, por su muerte redentora, nos “compró con su sangre” (Hch 20,28). Desde el seno de nuestra madre, Dios nos ha elegido para ser expresión de su amor y poder anunciar a otros el verdadero proyecto de Dios.

Vivir en Cristo es siempre un riesgo de perderlo todo por su amor, también la propia vida. Lo importante es ser reflejo de su modo de vivir y amar. La historia de la humanidad sigue con sus bandazos para “expulsar” o “descartar” a quien no parece útil o no es de nuestro clan.

Hoy Domingo 1ro, del Tiempo Ordinario; Es la queja tantas veces repetida por Jesús: “Vuestro corazón está lejos de mí”, “no me conocéis”… Sólo quien busca la verdad y el bien, busca a Jesús y finalmente lo encuentra. En Èl, Dios se nos hace cercano, porque es Él mismo.

Deut 4,1-2.6-8 (“Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir”); Sant 1,17-18.21-22.27 (“Con la Palabra de la verdad nos engendró… Llevadla a la práctica”); Mc 7,1-8.14-15.21-23 (“Su corazón está lejos de mí”)

Si Jesús (la Palabra personal del Padre) vive en nuestra mente y en nuestro corazón, se notará en nuestras manos y en nuestro modo de mirar y de convivir con los hermanos, sirviendo a todos humildemente y con el mismo amor del Señor.

Hoy miércoles 11 del Tiempo Ordinario; Es hermosa la creación cuando se contempla y se usa como quien administra dones de Dios para compartir. Sin la luz de Jesús resucitado, que sigue transformando la creación y la humanidad entera, las cosas y la historia no tendrían sentido.

Hoy Sábado-21-septiembre-/En la comunidad o familia de Jesús, cada uno recibe dones peculiares para realizar una misión irrepetible. No necesitamos envidiar ni suplantar a nadie. A todos nos ha amado de modo irrepetible. Y “tenemos este tesoro en vasos de barro” (2Cor 4,7).

Hoy; Viernes semana 25ª Tiemp.Ordin. Caminar en la historia es una tarea comprometida, abierta al infinito. En todo y en todos hay un “más allá”, que es misterio de amor escondido entre limitaciones. Nos ayudamos todos mutuamente para construirnos y construir la historia amando.

“A la pregunta de ‘¿quién es Jesús para ti?’ respondemos bien, con alguna fórmula que hemos aprendido del catecismo… Yo puedo conocer muchas cosas de Jesús, pero si no lo he encontrado, entonces yo no sé quién es Jesús.