La vida es como un río: a veces fluye suave, otras veces con corriente fuerte, pero siempre avanza hacia su destino.

Los buenos se quejan, los mejores se adaptan.

Hay finales felices y otros necesarios para la evolución.

La creatividad florece cuando confías en tu abundancia interior.

Si te resta paz, súmale distancia.

La respuesta más saludable a la vida es la alegría.

Escucha el viento que inspira. Escucha el silencio que habla y escucha tu corazón que sabe.

La verdadera plenitud no está en lo extraordinario, sino en la capacidad de disfrutar lo ordinario.

Nada más bello que la sencillez, la sencillez del gesto, de la palabra, del alma.

Todos los silencios no son iguales. Cada uno grita de diferente forma.

El triunfo en la vida es ponerse de pie una vez más y no rendirse jamás.

El que eligió el silencio, ya lo ha dicho todo.

La simplicidad es la clave de la verdadera elegancia.

En cada caída hay una oportunidad de levantarse aún más fuerte.

Los sentimientos no se tocan, se sienten.

La constancia lo es todo.

El pensar y el sentir son diferentes.

Los buenos pensamientos atraen cosas buenas.

La vida es un tapiz de momentos, cada uno es una oportunidad para tejer algo hermoso.

La diferencia entre ganar y perder es no rendirse jamás.